La policía de El Salvador realiza un operativo contra los miembros de la “Mara Salvatrucha"
MANAGUA (EFE).
Las maras, el crimen organizado y el narcotráfico mantienen una “considerable” demanda de armas en Centroamérica, donde controlan al menos dos millones de unidades de armamento ligero, de acuerdo con un informe divulgado hoy por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El informe, una iniciativa del PNUD presentada durante una sesión de diputados nicaragüenses ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen), alertó que estos nuevos actores “tienen importantes recursos económicos a su disposición” para comprar armas.
“Las maras han pasado a ser otro elemento importante a considerar en el tema de las armas pequeñas y ligeras”, dijo a Acan-Efe la directora del Programa Centroamericano de Control de Armas Pequeñas y Ligeras (Casac) del PNUD, la nicaragüense Eva Sacasa.
Sacasa, ex Inspectora General de la Policía de Nicaragua, dijo que las maras, que están ligadas al crimen organizado, son portadores de ese tipo de armas, que van desde granadas de mano, pistolas y revólveres civiles, hasta rifles de asalto y lanzacohetes, y demandan de más armamento.
Según el Casac, con sede en Managua, existen al menos dos millones de armas pequeñas y ligeras en Centroamérica, incluido Belice y Panamá.
Otro punto del informe advierte que el volumen de importaciones legales de armas continúa siendo alto; que la geografía de la región hace difícil controlar las fronteras; y la creciente demanda de armas por parte de las maras, crimen organizado y narcotráfico. La fuente señaló que Centroamérica cuenta con la tasa más alta de mortalidad por homicidios con armas de fuego en América Latina.
La tasa media para América Latina y el Caribe es de 16,5 muertos diarias a causa de homicidios con armas, mientras en Centroamérica es de 20 homicidios, agregó.
“Estas armas han llegado a todos los niveles de la sociedad, empresas de seguridad privadas, civiles, crimen organizado y pandillas juveniles, y son habitualmente utilizadas en crímenes, violencia doméstica y resolución violenta de conflictos entre la población civil”, indica la investigación. Advierte que “algunos países centroamericanos están experimentando niveles de violencia y de inseguridad de proporciones aterradoras”.
Los datos sugieren que la violencia y la criminalidad armada han aumentado en el período posterior a los conflictos que sufrieron la mayoría de los países de la región durante los años 70 y 80, añadió la fuente. También advierten que los estados sufren de sistemas judiciales vulnerables, incluyendo un número inadecuado de jueces, oficiales de policía y profesionales.
Sacasa, explicó que impulsarán un programa durante el primer semestre de este año, que tendrá una fase de implementación de tres años con la posibilidad de extenderse por dos años más, que buscará como contribuir al control y reducción del tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras en Centroamérica.
El objetivo de ese programa, dijo, es reducir la incidencia de la violencia armada y el crimen, y fortalecer las condiciones de seguridad, estabilidad y desarrollo sostenible.
La ex jefa policial nicaragüense anticipó que procurarán impulsar el intercambio de armas por proyectos sociales comunitarios, como la construcción de viviendas o centros de desarrollo infantil. Descartó canjear armas por dinero y abogó por proyectos sociales que beneficien a la comunidad o a la familia.
Mg.Dante Arboccó Quesada
Asesor Empresarial
darbocco@yahoo.com
www.elcapitalhumano.com
MANAGUA (EFE).
Las maras, el crimen organizado y el narcotráfico mantienen una “considerable” demanda de armas en Centroamérica, donde controlan al menos dos millones de unidades de armamento ligero, de acuerdo con un informe divulgado hoy por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El informe, una iniciativa del PNUD presentada durante una sesión de diputados nicaragüenses ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen), alertó que estos nuevos actores “tienen importantes recursos económicos a su disposición” para comprar armas.
“Las maras han pasado a ser otro elemento importante a considerar en el tema de las armas pequeñas y ligeras”, dijo a Acan-Efe la directora del Programa Centroamericano de Control de Armas Pequeñas y Ligeras (Casac) del PNUD, la nicaragüense Eva Sacasa.
Sacasa, ex Inspectora General de la Policía de Nicaragua, dijo que las maras, que están ligadas al crimen organizado, son portadores de ese tipo de armas, que van desde granadas de mano, pistolas y revólveres civiles, hasta rifles de asalto y lanzacohetes, y demandan de más armamento.
Según el Casac, con sede en Managua, existen al menos dos millones de armas pequeñas y ligeras en Centroamérica, incluido Belice y Panamá.
Otro punto del informe advierte que el volumen de importaciones legales de armas continúa siendo alto; que la geografía de la región hace difícil controlar las fronteras; y la creciente demanda de armas por parte de las maras, crimen organizado y narcotráfico. La fuente señaló que Centroamérica cuenta con la tasa más alta de mortalidad por homicidios con armas de fuego en América Latina.
La tasa media para América Latina y el Caribe es de 16,5 muertos diarias a causa de homicidios con armas, mientras en Centroamérica es de 20 homicidios, agregó.
“Estas armas han llegado a todos los niveles de la sociedad, empresas de seguridad privadas, civiles, crimen organizado y pandillas juveniles, y son habitualmente utilizadas en crímenes, violencia doméstica y resolución violenta de conflictos entre la población civil”, indica la investigación. Advierte que “algunos países centroamericanos están experimentando niveles de violencia y de inseguridad de proporciones aterradoras”.
Los datos sugieren que la violencia y la criminalidad armada han aumentado en el período posterior a los conflictos que sufrieron la mayoría de los países de la región durante los años 70 y 80, añadió la fuente. También advierten que los estados sufren de sistemas judiciales vulnerables, incluyendo un número inadecuado de jueces, oficiales de policía y profesionales.
Sacasa, explicó que impulsarán un programa durante el primer semestre de este año, que tendrá una fase de implementación de tres años con la posibilidad de extenderse por dos años más, que buscará como contribuir al control y reducción del tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras en Centroamérica.
El objetivo de ese programa, dijo, es reducir la incidencia de la violencia armada y el crimen, y fortalecer las condiciones de seguridad, estabilidad y desarrollo sostenible.
La ex jefa policial nicaragüense anticipó que procurarán impulsar el intercambio de armas por proyectos sociales comunitarios, como la construcción de viviendas o centros de desarrollo infantil. Descartó canjear armas por dinero y abogó por proyectos sociales que beneficien a la comunidad o a la familia.
Mg.Dante Arboccó Quesada
Asesor Empresarial
darbocco@yahoo.com
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